domingo, 19 de febrero de 2012

Ajo ( Allium sativum )




Ajo
Allium sativum

Nombre Común:
Ajo

Parte Utilizada:
Los bulbos.

Acción Farmacológica:
Actualmente, el ajo tiene una amplia utilización farmacológica:
Hipolipemiante: Disminuye el nivel de colesterol LDL en la sangre (colesterol malo), produciendo un efecto cardioprotector, y no afecta a los niveles de triglicérido cardiosaludables y necesarios para el cuerpo. De esta manera el ajo contribuye en la prevención de enfermedades coronarias y accidentes vasculares cerebrales.
Vasodilatador periférico: Este efecto causa un aumento del calibre de los vasos y se produce por una reducción de agentes vasopresores como las prostaglandinas y angiotensina II, y por una activación de una óxido-nítrico sintetasa que produce óxido nítrico .
Antihipertensivo: Este efecto hipotensor del ajo es causado por el efecto vasodilatador. En dosis elevadas, el ajo provoca un descenso de la tensión arterial, tanto de la máxima como la mínima.
Antiagregante plaquetario: Impide la tendencia excesiva de las plaquetas sanguíneas a agruparse formando coágulos, y también actúa como fibrinolítico (deshace la fibrina que es la proteína que forma los coágulos sanguíneos). De esta manera se consigue aumentar la fluidez en la sangre y hace que sea recomendable a todas aquellas personas que han sufrido embolias, trombosis ...
Hipoglucemiante: El ajo normaliza el nivel de glucosa sabguinia y por lo tanto, es bueno que lo utilicen los diabéticos y los obesos.
Antibiótico y antiséptico general: El ajo tiene también una acción antibiótica contra varios microorganismos (Escherichia coli, Salmonella typhimurium, estafilococos y estreptococos, diversos hongos , y otros virus). El poder bactericida del ajo en el conducto intestinal es selectivo por lo que a diferencia de los antibióticos sintéticos, regula la flora intestinal y no la destruye, ya que sólo actúa sobre las bacterias patógenas.
Estimulante de las defensas: El ajo aumenta la actividad de las células defensivas del organismo, linfocitos y macrófagos, por tanto estimula la respuesta inmunológica y ayuda al sistema inmunitario del organismo a resistir las infecciones. De esta manera, actualmente cada vez más se está utilizando el ajo como complemento en el tratamiento del sida.
Anticancerígeno: Hay estudios que han demostrado que el ajo bloquea la formación de potentes anticancerosos, denominados nitrosamina, que pueden producirse durante la digestión de determinados alimentos. Se sabe que la alliicina, uno de sus principios activos, impide la proliferación de la bacteria ''Helicobacter pylori'', relacionado con las úlceras de estómago y que puede favorecer el desarrollo de cáncer de estómago.
Vermífugo: El ajo actúa contra los parásitos intestinales, especialmente contra Enterobius vermiculare, pequeños gusanos blancos que provocan picor anal en los niños.
Tonificante y depurativo: El ajo activa reacciones químicas del metabolismo y favorece los procesos de excreción de sustancias de deshecho.
Desintoxicante: Especialmente destinado para los tratamientos para dejar de fumar. Normaliza la tensión arterial elevada del fumador y ayuda a vencer el deseo por fumar.

Principios Activos:
La droga pulverizada, secada cuidadosamente, contiene alrededor de un 1% de aliína [(+)-S-alil-L-cisteína sulfóxido] como el aminoácido sulfurado principal. Otros constituyentes característicos son (+)-S-metil-L-cisteína sulfóxido, gamma-L-glutamil péptidos, S-alil-cisteína, aminoácidos ubicuos, esteroides y adenosina. En presencia del enzima aliinasa, la aliína se convierte en alicina (1 mg de aliína se considera equivalente a 0,45 mg de alicina).
La alicina es precursor de varios productos de transformación, incluidos ajoenos, vinilditiinos, oligosulfuros y polisulfuros, dependiendo de las condiciones aplicadas.
El polvo de ajo se produce a partir de los bulbos de Allium sativum L., cortados, liofilizados o desecados a una temperatura que no exceda de los 65ºC y pulverizados. Contiene no menos del 0,45 por ciento de alicina (C6H10OS2; Mr 162,3), calculado respecto de la droga desecada.

Referencias:Usos comprobados clínicamente: Coadyuvante en la profilaxis de la aterosclerosis y para el tratamiento de las hiperlipidemias. También se utiliza para mejorar la circulación en los trastornos vasculares arteriales periféricos: Hipertensión arterial, arteriopatías, claudicación intermitente, prevención de tromboembolismos. Por su acción antimicrobiana es útil para combatir los catarros y otras infecciones del tracto respiratorio.
 El consumo de ajo fresco constituye uno de los remedios mas empleados popularmente para combatir las enfermedades inflamatorias y degenerativas osteoarticulares.
Otros usos descritos: Parasitosis intestinales (oxiuriasis), infecciones de las vías urinarias (además del efecto diurético de las fructosanas, la alicina y sus derivados se excretan básicamente por vía renal). En uso tópico: Dolores osteoarticulares, dermatomicosis, parodontopatías, hiperqueratosis.

Advertencia:
La toxicidad del ajo es muy escasa. El uso del ajo en dosis elevadas, especialmente crudo o en extractos, está desaconsejado en casos de hemorragia, ya sea de causa traumática (heridas, accidentes, etc.) o menstrual (reglas abundantes). Así pues, debido a su acción anticoagulante, dosis altas de ajo pueden prolongar las hemorragias y dificultar los procesos de coagulación. Asimismo, su ingestión continuada y abusiva (habitualmente más de tres o cuatro grandes al día) puede provocar una cierta irritación en el estómago y así originar dolores abdominales, náuseas, vómitos, diarreas, etc. Puede también generar estos mismos efectos en personas que ingieren ajo teniendo el estómago vacío. No es aconsejable la ingestión durante la lactancia, ya que los sulfóxidos pueden acceder a la leche materna y conferirle un sabor desagradable, pero no se conoce en detalle cómo afecta su ingesta en niños. Olor característico del aliento y del sudor. El consumo de ajos frescos o de las formas extractivas, fuera de las comidas, puede producir molestias gastrointestinales (pirosis, náuseas, vómitos o diarrea). Por vía externa el ajo crudo puede producir dermatitis de contacto, por su efecto vesicante. La inhalación de polvo de ajo puede desencadenar accesos asmáticos.

Formas de Preparación:

Profilaxis de la aterosclerosis (adultos): El equivalente de 6-10 mg de aliína (aproximadamente 3-5 mg de alicina) al día, cantidad que normalmente equivale al contenido de un diente de ajo o 0,5-1 g de polvo de ajo desecado. Duración del tratamiento: Como preventivo de la aterosclerosis y en la profilaxis o tratamiento de los trastornos circulatorios arteriales periféricos, se aconseja prescribir tratamientos largos.
Infecciones de las vías respiratorias superiores (adultos): 2-4 g de polvo de ajo o 2-4 ml tintura (1:5, 45% etanol), tres veces al día.
Dosis recomendadas por la OMS:
Salvo otra prescripción facultativa: ajo fresco, 2-5 g; polvo, 0,4-1,2 g; aceite: 2-5 mg; extracto, 300-1000 mg u otras preparaciones equivalentes a 4-12 mg de aliína (2-5 mg de alicina).
Recomendada por la Comisión E, salvo diferente prescripción facultativa: 4 g/día de ajo fresco o preparaciones equivalentes.


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